Crear un sueño es...
¿posible o imposible? Supongo que tardaré varios años en poder responder a esa pregunta.
Siempre he querido crear videojuegos. Y cuando digo siempre, me refiero a desde que tengo memoria: con cuatro años ya jugaba en un PC monocromo, cargando juegos desde disquetes de cinco y un cuarto mediante comandos que memorizaba.
Jugaba a todo tipo de géneros: mucho RTS, alguna aventura gráfica, arcades deportivos, de carreras, plataformas y un largo etcétera.
Pero sin duda mi favorito, y al que más horas dediqué junto a mi tío —quien me metió en todo esto—, fue PC Fútbol, desde el 5.0 hasta su última versión en 2001 (y no, los siguientes no cuentan).
A lo largo de mi vida he tenido muchos intentos de acercarme al desarrollo de videojuegos.
En la preadolescencia, sin tener ni idea y con cero paciencia, probaba con programas como Dark Basic.
Antes de la universidad me centré en tecnologías web, campo en el que trabajé con éxito durante una década. Aun así, nunca dejé de probar: cursos en Flash, juegos móviles con Java, el auge de Android/iOS o incluso la asignatura de videojuegos en la carrera.
¿Y ahora?
Llevo meses centrado al 100 % en el desarrollo de videojuegos y con más ganas cada día. El siguiente paso tenía que ser hacerlo público para aumentar mi commitment y meterme algo de presión autoimpuesta.